jueves, 14 de noviembre de 2013

Buccaneers 22 - 19 Dolphins: A la novena va la vencida.

Mike Glennon está robándome el coraçao.

¡Ya la tenemos aquí! ¡Se ha hecho de rogar la muy puta! Siento hablar así pero, madre mía, lo que nos ha costado ganar un partido. Podría haber llegado antes pero la victoria llega en un momento simbólico.

El Monday Night Football fue un ejemplo de los Buccaneers de esta temporada. Jon Gruden presenció a un equipo que en la primera parte es competente, por definirlo de alguna manera. Como el partido contra Seattle, los primeros 28 minutos de Tampa Bay fueron los buenos. Salieron enchufadísimos, con una energía que a Dolphins le costó mucho contrarestar. Mike Glennon, que se está convirtiendo en un QB eficaz, justo lo que necesita este equipo con la gran defensa que tiene. Mike James con un primer drive espectacular seguido de una lesión que le manda a IR. Y, sobre todo, la defensa contra la carrera que dejó a Dolphins a dos yardas ¡EN TODO EL PARTIDO! Absolutamente brutal.

Pero bueno, ahí está la típica falta de subnormal de Dashon Goldson o de cualquier otro para meter al otro equipo en el partido. Justó ahí, Tannehill se puso las pilas y puso por delante a Dolphins en el segundo período. Eran sobre las 4 a.m en España. Ya sabéis como estaba el panorama en mi mente. Pero ahí apareció la sensatez. Schiano decidió volver al juego de carrera que estaba matando a Dolphins y Bobby Rainey, un tío que no sabíamos quien era antes del partido, anotó el Touchdown ganador.

Primera victoria, mismos síntomas.

Y gracias. El homenaje a Warren Sapp no podía acabar con una nueva derrota.


PD: Siento esta entrada tan corta. El tiempo me impide dedicarle más tiempo pero volverán a ser como antes dentro de poco. Gracias.

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